
Los CFDs (Contratos por Diferencia) son instrumentos derivados que permiten a los inversores especular sobre los movimientos de precios de activos sin poseerlos directamente. En esencia, un CFD es un contrato entre dos partes para intercambiar la diferencia en el valor de un activo desde el momento en que se abre el contrato hasta que se cierra.
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Características Clave:​
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Apalancamiento: Los CFDs ofrecen apalancamiento, lo que significa que puede controlar una posición grande con una cantidad relativamente pequeña de capital. Si bien esto puede aumentar las ganancias potenciales, también amplifica las pérdidas.
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Diversidad de Mercados: Los CFDs permiten operar en una amplia gama de mercados, incluyendo acciones, índices, materias primas y divisas.
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Posiciones Largas o Cortas: Puede abrir posiciones "largas" (comprar) si cree que el precio del activo aumentará, o posiciones "cortas" (vender) si cree que disminuirá.
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Sin Vencimiento: La mayoría de los CFDs no tienen fecha de vencimiento fija, lo que le permite mantener la posición abierta el tiempo que desee. Sin embargo, se pueden aplicar cargos por mantener posiciones abiertas durante la noche.
Riesgos:
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Apalancamiento: Como se mencionó anteriormente, el apalancamiento puede amplificar tanto las ganancias como las pérdidas.
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Volatilidad: Los mercados de CFDs pueden ser volátiles, lo que puede resultar en movimientos de precios rápidos e inesperados.
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Costos: Además del spread (la diferencia entre el precio de compra y venta), pueden existir otros costos asociados con la operación de CFDs, como comisiones y cargos por financiamiento nocturno.
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Es importante comprender completamente los riesgos asociados con la operación de CFDs antes de comenzar a operar. Se recomienda buscar asesoramiento financiero independiente si es necesario.