En el marco de una polémica tras otra, o un sinfín de malas decisiones, ahora Airbnb le pidió a la autoridad bursátil de E.E.U.U. (SEC por sus siglas en inglés) el folleto de la salida a Bolsa de la compañía.
Se podría justificar que la pandemia por el covid19 aniquiló a la plataforma de alojamiento temporal, sin embargo su agonía ya venía desde antes de la crisis sanitaria. Este documento cuenta con 500 páginas que suponen ser una radiografía de una empresa extremadamente reservada hasta el momento y de la que apenas se tenía información sobre sus cuentas.

Asimismo, los datos publicados en el informe muestran la figura de una gran empresa pero con bases cuestionables, nacida en 2008, y que todavía no obtuvo beneficios en ninguno de sus 13 años de vida y que, tal y como lo afirman desde Airbnb, no esperan obtenerlos en el corto plazo.
En concreto, la plataforma de alojamiento temporal, que se convirtió en un palo en la rueda para los gobiernos de las grandes ciudades donde tiene mayor presencia, por ejemplo España es el tercer mercado más importante por negocio generado, tras Francia y E.E.U.U. Además, Airbnb informó de que acumula unas pérdidas de 1.462 millones de euros desde 2015 y que la crisis del coronavirus ha alejado cualquier posibilidad de obtener beneficios a corto plazo.
¿Pero cómo llegó la plataforma a este número tan oscuro?. El grueso de las pérdidas se acumuló en los dos últimos años. En concreto, Airbnb registró números rojos por 566,4 millones de euros en 2019 y de 585,3 millones de euros en los nueve primeros meses de 2020. Esto significa que más allá del duro golpe que recibió la empresa por la pandemia del Coronavirus y que la afectó directamente, sus número venían complicados desde antes.
Debido a esto, esos dos años supusieron una ruptura muy importante en la senda de corrección de las pérdidas, ya que se había pasado de un resultado negativo de 113,7 millones de euros en 2015 a otro negativo de tan solo 14,2 millones en 2018. Por otro lado, la plataforma de alojamiento compartido, consiguió cerrar en 2019 con unos ingresos récord de 4.036 millones de euros, ha visto cómo en los nueve primeros meses de 2020 la cifra de negocio se desplomó un 31% desde los 3.107 millones de euros del mismo periodo de 2019 hasta los 2.115,1 millones de euros.
En ese contexto de deterioro, la firma tuvo que hacer frente a un doloroso proceso de contención de gastos, que ha supuesto, entre otros conceptos, la salida de 1.800 trabajadores, que sería un 25% de su plantilla total. Para indemnizar a cada uno de ellos, Airbnb tuvo que desembolsar 126 millones de euros en sus cuentas. Sin embargo, como si fuera poco, las perspectivas de negocio son muy buenas. Actualmente, estas se basan en la recuperación de las reservas en el tercer trimestre en un entorno muy complejo, con restricciones, cuarentenas, rebrotes y prohibiciones de viajar en muchos destinos del mundo.
La métrica que utiliza Airbnb es el saldo neto de reservas, que sale de restar las reservas menos las cancelaciones. Ese balance fue negativo en marzo (-4,1 millones) y abril (-700.000) y posteriormente se ha ido recuperando con fuerza.
En marzo se alcanzaron las 9,2 millones de euros de reservas netas (un 68% menos que en el mismo mes de 2019), en junio se llegó a 19,5 millones de euros (un 31% menos), en julio a 21,7 millones (un 28% menos), en agosto a 20,6 millones (un 28% menos) y en septiembre a 19,5 millones (un 28% menos).
Unas cifras que, según los expertos consultados por Bloomberg, dan alas a una plataforma que cerró el tercer trimestre de 2020 con cuatro millones de anfitriones, de los que el 86% está fuera de E.E.U.U., y 7,4 millones de anuncios, de los que 5,6 millones estaban activos.
Información tomada de Iproup.com